viernes, 13 de abril de 2012

Tema 32.- Pintura en Italia

El naturalismo y los problemas de la luz: Caravaggio. El clasicismo en los frescos de los Carracci

El Barroco es el período del arte comprendido entre los años 1600 y 1780. Nacido en Roma a partir de las formas del “Cinquecento”.
Rasgos: la arquitectura es monumental, con fachadas pletóricas de mármoles y estucos, caracterizadas por la proyección tridimensional de planos cóncavos y convexos, destacó la colosalidad de las dimensiones, la opulencia de las formas y la excesiva decoración, es el estilo de la grandilocuencia y la exageración.
El Barroco fue una especie de expresión propagandística, el absolutismo monárquico y la Iglesia de la Contrarreforma lo utilizaron como manifestación de su grandeza.
Las obras pictóricas barrocas se caracterizaron por la composición radial, en la que personajes y objetos
parecían salir disparados desde el punto central hacia las diagonales, que se cruzan indefinidamente en
planos diferentes, creando la sensación de que los personajes se escaparán del cuadro. Las formas son
voluptuosas y exageradas y las figuras cobran expresividad y, envueltas en mórbidas telas, se abrazan las
unas a las otras en actitudes patéticas y dramáticas, a veces, incluso imposibles.
Se intenta representar la realidad mediante un gran naturalismo, usando hasta lo feo o viejo.
El color se convierte en el principal protagonista de la pintura.
Hegemonía de la luz en las composiciones, creándose el espacio mediante el contraste del claroscuro. 
La técnica protagonista es la pintura al óleo sobre lienzo, y el desarrollo de la pintura decorativa al fresco, con la que se cubría gran monumentalidad y grandiosidad la arquitectura.
También es el momento de esplendor del retrato; y se desarrollan otros temas nuevos, como las marinas, los bodegones y naturalezas muertas.
La pintura barroca en Italia tiene a Caravaggio es uno de sus máximos representantes de la pintura Barroca. Padre del tenebrismo que consiste en exagerar los contrastes lumínicos mediante la utilización del claroscuro. Se caracteriza por su extremado naturalismo, reflejando los aspectos más desagradables de la realidad y sus composiciones destacan con escorzos violentos y puntos de vista muy bajos. Sus principales obras: Baco, La vocación de San Mateo,
La conversión de San Pablo, La crucifixión de San Pedro; son obras dominadas por una intensa acción dramática, muy estudiadas desde el punto de vista compositivo, El entierro de la Virgen: tema religioso tratado con un fuerte naturalismo, sobre todo por
la representación completamente realista de la Virgen muerta.
Frente a esta tendencia encontramos a los decoradores de bóvedas clasicistas. Se caracterizan por el
esplendor, el lujo y el gran efecto ornamental de sus composiciones al fresco. Son pintores muy clásicos, influidos por la pintura renacentista. Destaca Aníbal Carracci, en Frescos de la bóveda de la Galería del Palacio Farnesio de Roma. Recibe influencias tanto del fondo de paisaje y la luz crepuscular que enlazan con el cromatismo veneciano y la producción de Tiziano, del clasicismo de las figuras a partir de la escultura greco-romana y la obra de Rafael y Miguel Ángel.
El Barroco dio grandes maestros, que coincidieron en un punto: liberarse de la simetría y las composiciones geométricas, en favor de la expresividad y el movimiento

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