En Goya el Neoclasicismo y el romanticismo se mezclan en los momentos de mayor intensidad creativa.
Destaca por su inquietante duplicidad: “El sueño de la razón produce monstruos”.
Formado en Zaragoza, pintado en una primera etapa, pintura religiosa.
Encuentra trabajo en Madrid como pintor de la real Fábrica de Tapices y poco a poco su pintura se acomoda a los gustos de la corte.
Se hace retratista y sus retratos desaparecen del escenario cortesano para hacerse más sintéticos, centrándose más en los rasgos y a las poses.
Llega ala fama y realiza,
La condesa de Chinchón,
y la serie de pequeñas escenas de costumbres
la colección:
Los Caprichos, grabados al aguafuerte.
Mas tarde es nombrado primer pintor de cámara y vuelve a retratar a los reyes.
Nacen los Desastres de la guerra, que se grabarán más tarde y dos composiciones históricas,
el dos de mayo
y los fusilamientos del tres de mayo.
En estos cuadros, la pintura histórica cobra una dimensión de denuncia comprometida. Aunque lo había pintado para arreglarse con Fernando VII, esto no sucede y Goya se encierra en sí mismo. Graba La tauromaquia
y Los disparates, mientras decora las habitaciones de su quinta junto al Manzanares, La quinta del sordo con una serie de temas grotescos y monstruosos.
Goya se autoexilia a Francia, donde pinta La lechera de burdeos.
Evoluciona artísticamente abandonando las leyes ópticas e introduciendo una subjetividad con la que crea un mundo en el que predomina la fantasía, la crítica y la ironía. Apaga los tonos cálidos hasta llegar a las pinturas negras; utiliza el color expresar algo más allá de la realidad. Abandona los temas pictóricos e intenta que el sentimiento domine la obra y deforme la realidad.
Gran parte de los “ismos” de los siglos XIX y XX tienen un punto de partida en la obra de Goya
No hay comentarios:
Publicar un comentario